domingo, 6 de octubre de 2013

El camino que no escogí de Robert Frost

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo
y lamentablemente no pude recorrer los dos.
Y siendo yo un viajero solitario, largo tiempo me detuve.
Y miré por uno de ellos, tan lejos como pude
hasta donde se perdía en la maleza.

Entonces consideré el otro, tan recto como el anterior
y poseedor quizá de mejor derecho,
porque el pasto era más alto y deseaba ser recorrido
aunque quienes habían pasado por allí
los habían desgastado casi por igual.

Y esa mañana ambos se tendían
en hojas que ninguna pisada había ennegrecido
¡Ah, dejé el primero para otro día!
Y sin embargo, sabedor de que un camino lleva al otro,
dudé si alguna vez regresaría.

Debería decir esto con un suspiro
en algún momento, dentro de muchas eras;
dos caminos se bifurcaban en el bosque, y yo,
yo tomé el camino menos transitado.
Y esa ha sido la diferencia.

Probablemente no hay un poema tan citado, y al mismo tiempo, tan mal interpretado, como "El camino que no escogí", de Robert Frost (1916). Casi automáticamente, los lectores no captan ni de lejos el significado del poema, visto como un testamento meloso a la fe del escritor, la libertad de decisión y una llamada inspiradora para desafiladas convenciones y escoger "El camino menos transitado". Sin embargo, una lectura más cuidadosa nos muestra que en realidad el poema está impregnado de la conocida resignación irónica de Frost.

El aspecto del poema que más se ha pasado por alto es la innegable arbitrariedad con la que el orador toma la decisión sobre qué camino tomar. Al describir sus dos opciones, hace hincapié repetidamente en que son esencialmente idénticos. Un camino parece "tan recto" y "derecho" como el otro y, a pesar del deseo del orador por diferenciarlos, tiene que admitir que "quienes habían pasado por ahí los habían desgastado casi por igual". Y de repente, decide escoger uno en lugar del otro.

En la ultima estrofa, Frost imprime su marca de humor irónico de la casa. El orador admite que "dentro de muchas eras", como un anciano que hace memoria, probablemente contará la historia una y otra vez "con un suspiro" y asegurará que valientemente escogió el camino "menos transitado". Pero esa afirmación será falsa y acabará reconociendo que su elección fue totalmente arbitraria ya que para empezar ninguno del los caminos era el menos transitado: "Ambos se tendían / en hojas que ninguna pisada había ennegrecido". Frost reconoce la tendencia humana a auto engrandecerse, endulzar las incertidumbres de la vida, reconfortándose al contemplarla como una serie de elecciones conscientes y basadas en discernir entre alternativas buenas y las malas. Pero respecto a este último punto, en realidad no tenemos forma de saber cuál es el mejor camino en la vida, y nuestras decisiones son a menudo aleatorias y carentes de base.

Fragmento extraído del libro "365 días para ser más culto" de David S. Kidder and Noah D. Oppenheim.

La explicación que da sobre el poema es muy acertada. pero siempre le queda a uno, ese gusto por su propia interpretación que el solemne poema nos regala.

4 comentarios:

  1. Me encanta como lo analizas, a primera impresión al leer el poema es precisamente de que él escogió el menos transitado pero yendo más a fondo como lo has realizado tú, es darse cuenta de que el poema puede tornarse confuso e irónico.

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  2. Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:14

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  3. Aun estoy tratando de interpretarlo... pero lo hare sin duda

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  4. Me recordó el poema "Simetría" de Marin Sorescu. Emerge esa reminiscencia de filosofía en la poesía.

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